Universidad de San Carlos de Guatemala
Centro Universitario de Sur Occidente
Licenciatura en Pedagogía y Administración
Educativa
Plan Fin de Semana
GRUPO 2
INTEGRANTES
Nicté Aracely Cardona García 201943803
Kimberly Rodríguez Escobar 201441972
Pérsida Alejandra Javalois Ordóñez 201641649
Julio Amílcar López Talé 201944617
Grooming
Hay dos tipos de grooming:
Sin fase previa de relación y generación de confianza
El acosador logra tener fotos o videos sexuales de los chicos y chicas mediante la obtención de contraseñas o hackeo de cuentas. Con el material sexual o erótico en mano, extorsiona al chico o chica con mostrarlo si este no le entrega más material o accede a un encuentro personal. En este caso el material es obtenido a la fuerza, y el niño o niña acosado puede no saber cómo se obtuvo.
Con fase previa de generación de confianza
En este caso, el material es entregado por el chico o chica, y la confianza se vuelve el instrumento indispensable. Para generar esa confianza el adulto se vale de distintas herramientas para mentir sobre su identidad y hacerse pasar por un par (chico o una chica menor). Esto lo logra manipulando o falsificando fotos o videos, y manteniendo conversaciones en un lenguaje coloquial acorde a la edad del chico o chica que quiera acosar.
¿Qué ley protege a niñas, niños y adolescentes del grooming?
Desde diciembre del 2013 se incorporó el grooming como delito al Código Penal. El artículo 131 establece una pena de prisión de 6 meses a 4 años.
Artículo 131: “Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma.”
¿Cómo logra la persona acosadora generar la confianza de niñas, niños y adolescentes?
La persona acosadora usa distintas estrategias:
- Se hace pasar por una persona menor de edad con fotos o videos falsificados o alterados.
- Se crea más de un perfil falso y genera muchas identidades.
- Adapta su lenguaje para generar confianza (usa la misma “jerga”).
- Aprovecha la información que las niñas, niños o adolescentes comparten en las redes sociales o servicios de mensajería instantánea sobre sus gustos y preferencias.
- Entabla amistad en juegos en línea de moda para conseguir información personal.
- Usa el tiempo para fortalecer el vínculo. El tiempo varía según los casos: la persona acosadora puede lograr su objetivo en una conversación o esperar meses o incluso años. El tiempo transcurrido hace que la niña, el niño o el adolescente se olvide que del otro lado hay un desconocido y pase a considerarlo un amigo.
¿Cómo detectar el grooming?
Ante un caso de grooming:
- Denunciar el perfil del acosador en la red. Una de las principales herramientas que brindan las redes sociales es la de denunciar perfiles. De esa forma se puede dejar un precedente y, si otros también lo denuncian, se podrá conseguir que den de baja la cuenta del abusador y así evitar que replique su abuso con otros chicos.
- Limitar la capacidad de acción del acosador al detectar el caso de grooming. Como es posible que el acosador haya tenido acceso al equipo del chico o chica o que tenga sus claves personales, recomendamos revisar el dispositivo (computadora, tableta o teléfono celular) para evitar el virus y cambiar las claves de acceso, y revisar y reducir las listas de contactos de las redes sociales como así también configurar la privacidad en cada una de estas.
- Analizar el tipo de delito que se llegó a cometer. No es lo mismo si hubo un encuentro personal o si no traspasó la web. Estos datos serán importantes a la hora de pensar en hacer una denuncia policial.
- Recurrir a los servicios de protección locales y centros de acceso a la justicia para recibir asesoramiento. (Ver recuadro al final de esta página.)
- Hacer la denuncia penal. Aunque la decisión de realizarla parte del chico o chica que sufrió el abuso y de su familia, recuérdele que denunciar ayudará a generar justicia para la víctima, así como también para el resto de los potenciales afectados. La importancia de la denuncia hay que enmarcarla no solo en el delito cometido, sino en la certeza de que los abusadores no suelen atacar a una sola víctima, sino que actúan sobre varios chicos. Denunciando y logrando que se lo investigue y penalice, se evitará que el abusador continué perjudicando a otros niños.
- Guardar las pruebas del acoso. Es necesario no borrar conversaciones y fotografiar o capturar la pantalla y almacenar esta información en algún dispositivo. Las fotografías enviadas por el acosador podrán proveer datos útiles para una futura investigación (marca, modelo y número de serie de la cámara, fecha y hora en la que se tomó la foto, si fue retocada, el programa usado para hacerlo y datos sobre la computadora donde se la cargó, etc.).
- Comprender que las niñas, niños y adolescentes de esta generación viven en un contexto digital. Su vida está poblada de amigas y amigos virtuales que pueden ser del colegio, del barrio y de las redes sociales. Los nombres de las amigas y amigos suelen cambiar de una red a otra y por eso no siempre pueden identificarlos.
- No prohibir que las niñas, niños o adolescentes tengan amigos virtuales. Darles herramientas para que reconozcan a sus amigas y amigos y comprendan los riesgos que tiene compartir datos personales en la web, redes sociales, plataformas de juegos, canales de stream y servicios de mensajería instantánea
- Dar a los niñas, niños y adolescentes herramientas para distinguir entre el mundo virtual y el mundo real, y entre los amigos y amigas que conocen personalmente y aquellos que conocen por medio de la web.
- Reforzar que más allá de la confianza y la amistad que se haya generado, las personas desconocidas con las que se relacionan por medio de internet siguen siendo desconocidas. Explicar que es muy fácil abrir un perfil con datos falsos.
- Dar el ejemplo. Los adultos deben usar con responsabilidad sus propias redes sociales. Configurar la privacidad y evitar compartir fotos de sus hijas e hijos con el uniforme del colegio o con información que permita conocer el barrio o domicilio en forma pública. Las personas acosadoras usan esos datos para cometer ciberdelitos.
- No compartir imágenes sin consentimiento. No facilitar información o imágenes comprometedoras por medios electrónicos porque es difícil borrar el material que circula en internet. Por ejemplo, una imagen íntima publicada en las redes sociales siempre será asociada a las búsquedas que se hagan en internet sobre esa persona.
- No hacer videoconferencias con desconocidos. Es necesario que las niñas, niños y adolescentes comprendan que la imagen es un dato personal que debe ser cuidado y protegido. Al mostrarse por medio de una cámara se exponen frente a un desconocido que puede filmarlos o fotografiarlos y luego hacer circular esa imagen por la web o usarla para futuras extorsiones.
- Configurar los controles parentales en televisores, cables y plataformas de contenidos. Esos controles permiten limitar contenidos y evitar que las niñas, niños y adolescentes accedan a sitios donde pueden correr riesgos. Recomendamos conversarlo de manera transparente con las niñas, niños y adolescentes sobre los controles parentales e ir generando conciencia y autonomía para cuidarse.
- Configurar la privacidad en las redes sociales y aplicaciones. Es importante que las niñas, niños y adolescentes sepan que al abrir una cuenta en una red social cualquier persona puede ver sus publicaciones si no configuran la privacidad. Dentro de las herramientas de privacidad que tienen las redes sociales existen opciones más avanzadas: armar subgrupos entre los contactos y elegir qué información ve cada grupo, controlar las etiquetas antes de publicar contenido en el muro, bloquear un perfil, entre otros.
- Tomar conciencia de que las niñas y niños necesitan un cuidado distinto a los y las adolescentes. Las recomendaciones propuestas son orientativas para las familias. Cada familia resolverá, de acuerdo a la madurez de la niña, niño y adolescente y la relación de confianza y comunicación que tengan entre sí, las medidas preventivas, compartir y acordar.
- Estar presentes como personas adultas para acompañar la “vida online” de sus hijas e hijos significa conocer las páginas web que visitan, las redes sociales que usan y las personas con las que se relacionan. Acompañar las distintas etapas en el uso de internet y las redes sociales de acuerdo a los criterios y valores familiares.
- Conocer las páginas que los menores visitan con frecuencia. Es necesario que conozcan las políticas de privacidad, reglas y características de cada sitio.
- Respetar la privacidad de los niñas, niños y adolescentes. Por ejemplo, no ingresar a escondidas a sus cuentas o casillas de email.
- Trabajar en forma proactiva con el personal docente de las instituciones educativas.